Vera André

Contrario a lo que muchos pensamos, Fortuna no se presenta en la vida como un golpe de suerte o como un súper héroe que nos escucha y acude a ayudar a resolver problemas. No llega, hay que salir a buscarla y depende de uno atraparla antes de que escape.

Cuando se creía que los destinos de los hombres dependían de los caprichos de los dioses, cuenta la leyenda que Zeus, su padre, le encomendó a los dioses que le enseñaran alguna habilidad a Fortuna. Mercurio, por ejemplo, la entrenó para que corriera más rápido que nadie. Así aprendió importantes habilidades.

Los dioses se alimentaban del néctar de los primeros frutos de la mañana, antes de que los alcanzara la luz del sol. Este néctar contenía las propiedades necesarias para que los dioses conservaran su belleza, su juventud y sus poderes. Fortuna por ser tan veloz era la encargada de recolectarlos. Una vez fue atrapada por un pescador y los dioses le ofrecieron otorgarle lo que quisiera a cambio de dejarla libre. Todo lo que pidió se le concedió. Desde entonces se corrió el rumor de lo sucedido.

Quien atrape a Fortuna puede pedir lo que sea a los dioses y estos se lo concederán a cambio de su libertad.

El mito está lleno de enseñanzas. La suerte no te llega, uno va en busca de ella y de uno depende reconocer las oportunidades. Chopra habla de la suerte como una fórmula: preparación + oportunidad = buena suerte.

También nos inspira a ser flexibles y tener el valor de tomar otros caminos cuando el elegido no está aportando retos y logros. Si Fortuna ya pasó por nuestro camino y no la reconocimos, lo indicado es seguir otra ruta ya que ella nunca repite su paso, es su estrategia para no ser atrapada.

Asocio a Fortuna con la ciudad. Por lo general la fortuna está en ella. Cuando llega Fortuna la ciudad se ilumina y es bañada por una luz dorada, su reflejo.

El oro es un símbolo importante en esta obra. Es sinónimo de Fortuna. En la Edad Media era aplicado por su valor de luz pura. El oro hace referencia a la divinidad, a un mundo invisible. Los demás colores le están subordinados. El oro simboliza al sol, la luz, el oriente. Su brillo metálico intensifica los diversos colores mediante el contraste.

Escogí a Fortuna como un arquetipo, de manera que al representarla se exprese a través de la obra. Veo a Fortuna siempre otorgando abundancia, rodeada de ella o llena de ella. Por eso el querer llenarla de pequeñas figuras que representan dones, ideas, células, neuronas o bienes materiales o de cualquier tipo.

Vera André